Los ataques de ansiedad tienen múltiples razones de ser, que desde luego, deben ser evaluadas por un especialista de salud mental. Sin embargo, este puede darse por un cúmulo de emociones negativas dada por una situación específica de quien lo padece: miedo, frustración, tristeza, entre otras.
Si bien es cierto que controlar estos episodios puede valorarse como una tarea complicada, también es verdad que se puede lograr controlarla desde el mismo momento en el que se reconocen sus síntomas.
¿Qué sientes durante un ataque de ansiedad?
- Sensación de nerviosismo acompañado de agitación,
- Incremento del ritmo cardíaco,
- Sentimiento de estar ante una catástrofe,
- Respiración acelerada,
- Sudoración,
- Sensación de ahogo,
- Hiperventilación,
- Mareo,
- Temblores,
- Sensación de ahogo.
¿Qué hacer cuando aparecen estos síntomas? Si reconoces que estás ante una crisis de ansiedad, sigue las recomendaciones del centro psicología:
1. Respira profundamente.
El primer paso es intentar controlar tu respiración. Para ello inhala lo más profundo que puedas y lentamente exhala, deja que el aire salga lentamente. Esta simple acción te ayudará a reducir el pánico y te permitirá darte cuenta de que estás atravesando por un episodio.
2. Cierra los ojos.
Muchas de las crisis de ansiedad se dan por exposición a demasiados estímulos. La forma más efectiva de reducirlos es cerrando los ojos. De esta manera no te concentras en los factores que te abruman. Trata de sentir cómo, haciendo el ejercicio de respiración que te mencionamos anteriormente, el aire llega lentamente a tu pecho, abdomen y pulmones.
3. Enfócate en un objeto.
Si cerrar los ojos no funciona, entonces prueba enfocando toda tu atención en un objeto. Cualquier cosa que esté próxima a tu vista funcionará, observa cada uno de sus detalles, la forma, tamaño, colores… Esto permite que tu mente se concentre en algo diferente a los sentimientos que te producen ansiedad.
4. Practica la conciencia plena.
Este ejercicio consiste en concentrarte en las sensaciones físicas que te sean familiares. Por ejemplo, el roce de la brisa en tu rostro, el agua que corre entre tus manos, también funciona la sensación de calor cuando sostienes una taza de café, la textura de una alfombra…
Resulta efectivo, porque los ataques de ansiedad suelen derivarse de un trastorno psicológico que te aleja de la realidad. Esta técnica es una manera de sostenerse a algo real.
5. Imagínate en un lugar feliz.
Los pensamientos positivos y felices siempre serán una manera de controlar la ansiedad. Así que apenas sientas que las angustias te sobrepasan cierra los ojos y traslada tu mente a un lugar en que experimentes plenitud.
Imagínate en ese lugar, puede ser la playa, una montaña, una cabaña con chimenea y concéntrate en cada detalle: la sensación de tus pies en la arena y mojados levemente por el mar, si es una cabaña entonces trata de experimentar el suave calor del fuego en tus manos. Lo importante es apartar tus pensamientos de las emociones que te causan angustia.
Si ya practicaste alguna de estas técnicas recomendada por un psicólogo, ¿cuál te ha funcionado mejor para controlar la ansiedad?