Quizás, el paso más difícil a la hora de ir al psicólogo es coger el teléfono y llamar para pedir esa primera cita. A la mayoría de los pacientes les cuesta hacerlo por vergüenza, tabú o desconocimiento de lo que va a suceder en esa primera sesión de terapia psicológica, pero nuestro primer esfuerzo se centra en transmitirte la tranquilidad y confianza que necesitas para conocerte y que puedas contarnos qué te pasa sin ningún tipo de presión, con total libertad y sin ningún miedo.