CLa ansiedad es un estado físico y mental de tensión, estrés y molestias psicosomáticas derivadas de un contexto de inseguridad, exposición e inquietud.
Muchas personas, fruto de la preocupación por algún contratiempo, padecen ansiedad y ni siquiera son conscientes de ello. El primer paso para afrontar la ansiedad es, por tanto, identificarla. Debemos reconocer que sufrimos este trastorno que puede ser generalizado o puntual, dado de una situación específica. Identificar nuestros síntomas es fundamental para detectar y vencer la ansiedad.
Es normal sentir una ansiedad moderada y creativa ante unas circunstancias concretas y/o excepcionales: una entrevista de trabajo, una competición deportiva, un examen oral, etc. Son contextos en los que el cuerpo se pone en alerta, sufre cierta excitación y nerviosismo. Esto no es preocupante, pues es algo común sentirnos así con cierta intranquilidad e impaciencia.
El problema puede transformarse en algo serio cuando esta ansiedad comienza a ser patológica y disruptiva, cuando se prolonga en el tiempo. Si nos desestabiliza y nos impide llevar una vida normal, deberíamos plantearnos pedir ayuda en un psicólogo para que nos de consejos para la ansiedad.
¿Cómo podemos detectarla?
Debemos permanecer atentas y atentos si tenemos sudoración en las manos o en algunas partes del cuerpo, si desarrollamos un mutismo selectivo, sufrimos vómitos o mareos, voz temblorosa, establecemos escaso contacto visual, sentimos las palpitaciones… son síntomas que podremos describir cuando recibamos ayuda de un psicólogo o terapeuta.
En cuanto a lo cognitivo, la mayoría de las personas tienen una visión negativa de lo que puede pasar fruto de una ansiedad anticipada. Las personas con ansiedad piensan en el futuro como algo que le va a traer cosas malas: «¿Qué pasará?» Hay un comportamiento reactivo y defensivo que debemos intentar revertir creando una atmósfera agradable, proyectando pensamientos positivos que alimenten nuestra autoestima.
Algunos consejos para la ansiedad.
Suele recomendarse hacer psicoterapia (la cognitiva-conductual parece ser la más utilizada en estos casos). Esta terapia debe ir aderezada de un acompañamiento farmacológico recetado por un profesional de la psicología. Existen ansiolíticos muy eficaces, pero debemos saber cómo y cuándo tomarlos.
Las técnicas de relajación y de respiración son básicas para relajarnos, para bajar la activación general que provoca la ansiedad y serenarnos. Podemos utilizar hojas de registro para identificar nuestros pensamientos; manejarnos en un contexto más positivos, que nos aporten bienestar y nos transmitan tranquilidad. Tenemos que expresarnos, exteriorizar aquello que nos preocupa para poder entendernos y liberarnos.
El ejercicio físico constante es otra de las formas de combatir la ansiedad; liberar toxinas, sacar el nervio hacia afuera. Es muy importante también implantar en nuestro día a día una dieta sana, equilibrada y nutritiva. En este sentido es importante evitar las bebidas alcohólicas, el tabaco, el chocolate y, en general, cualquier sustancia que altere el desarrollo normal de nuestro organismo y que pueda provocarnos malestar gástrico o nerviosismo.
En otro orden, es indispensable crear un patrón de sueño sano. Dormir al menos 7-8 horas a lo largo del día e introducir otros hábitos saludables como la práctica de aficiones que nos gusten (la lectura, la pintura, el diseño, etc) que nos mantenga la cabeza en una onda positiva.
Estos consejos básicos pueden complementarse con técnicas más depuradas para detectar y vencer la ansiedad que tendrán que ser supervisadas por un profesional de la psicología. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con nuestro centro de psicología en Córdoba.
Ánimo, tú puedes superarla. Todos podemos.