El proceso de educar es un arte difícil y abstracto, en el cual los niños recorren una serie de etapas que, como padres, debemos conocer para saber discernir entre los comportamientos normales o aquellos que sí relatan alguna dificultad.
Cómo saber si es necesario acudir a un psicólogo infantil
Las diferencias de los comportamientos de los niños no tienen por qué implicar un trastorno como tal. Antes de perder la paciencia, adquiere vital importancia tener en cuenta que los niños o adolescentes recorren una serie de fases críticas durante los años de su desarrollo. Por ejemplo, muchos niños de 2 o 3 años sufren una etapa en la que el negativismo es el claro protagonista, manifestándose en comportamientos como rabietas continuados cuando sus deseos no son complacidos. Con una serie de reglas o normas adecuadas, condimentadas con kilos y kilos de paciencia, esta fase se superará sin ningún problema, y no será necesario un tratamiento para el niño por parte de psicólogo.
La psicología lo denomina el ‘desarrollo esperado’
El mundo de la psicología denomina como ‘desarrollo esperado’ a todas aquellas habilidades o comportamiento que son propias y acordes a la edad. Por lo tanto, cada uno de estos comportamientos adecuados van siempre de la mano de la edad del niño o del adolescente, por lo que un comportamiento normal en un niño de 4 años dejaría de serlo para otro de 7.
No debe ser olvidado que el desarrollo de los niños se encuentra determinado por ciertas características de su sistema nervioso, el cual no es lo suficientemente maduro hasta llegados los 7 u 8 años. En edades muy tempranas (por debajo de los siete años), es totalmente normal que el niño no consiga centrar su atención en un único foco durante mucho tiempo, así como que no recuerdas algunas normas, sobre todo en aquellos momentos en los que se encuentre muy excitado.
Otro de los aspectos que debe ser considerado, y que muy a menudo es olvidado por los padres, es que la personalidad del niño también desempeña un papel crucial. Que un niño se comporte de una manera diferente quizás se deba a que se trata de una persona más inquieta o introvertida, y no simplemente a que padezca un trastorno. En otros casos, el problema se encuentra en los padres, ya que muchas veces se depositan sobre los niños expectativas muy altas, muchas de ellas basadas en nuestros fracasos personales, lo que impide que el niño desarrolle sus habilidades.
Antes de pedir ayuda a un psicólogo debes conversar con las diferentes personas que integran la familia e incluso con el colegio, ya que puede darse el caso de que el niño solo manifieste contigo estos comportamientos ‘raros’. Una vez hecho esto, se debe pedir ayuda al psicólogo cuando los comportamientos que está manifestando el niño o adolescente se encuentran muy distanciados de las conductas normales de las personas de su edad.
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