Vivimos en una sociedad de consumo y durante todo el año nos vemos bombardeados por campañas publicitarias en las que se nos invita a comprar productos y/o servicios: rebajas, San Valentín, el día del padre, el viernes negro, la Navidad… y lo cierto es, que surten el efecto deseado. Prácticamente, todos nos dejamos influir por la necesidad de comprar ya que el mensaje que recibimos es que las compras nos hacen más felices.
Hasta aquí, todo puede ser normal. El problema comienza cuando el acto de comprar se convierte por sí mismo en una experiencia gratificante. Cuando una persona no obtiene satisfacción por haber adquirido un determinado producto sino que el placer proviene de la acción de comprar impulsivamente, de forma repetitiva y constante, incluso llegando a poner en riesgo la propia economía familiar, es cuando hablamos de que puede existir un problema real de adicción a las compras.
¿Cual es el perfil psicológico de un comprador compulsivo?
Aunque en los tratados de psicología la adicción a las compras no está considerado como un problema de desorden mental, el patrón de conducta de un comprador compulsivo responde a problemas emocionales como trastornos de ansiedad, frustración y baja autoestima.
Comprar de forma compulsiva va más allá del derroche inconsciente del dinero, es un problema que necesita atención y ayuda para poder ser resuelto. Las personas que sufren este trastorno de conducta entran en un círculo vicioso del que difícilmente pueden salir por ellos mismos:
- En primer lugar, buscan en las compras una manera de encontrar satisfacción inmediata y así poder evadirse de sus problemas.
- En el proceso de compra obtienen un sentimiento de euforia y placer.
- Si no pueden realizar una compra se vuelven irritables y les embarga un sentimiento de malestar
- Por último, llega el aislamiento social y los sentimientos de culpa
- Y vuelta al principio. Para eliminar la ansiedad y frustración que provoca el sentimiento de culpa, vuelven a buscar la satisfacción y felicidad momentánea en las compras.
Esta incesante forma de actuar, además de agravar los problemas personales existentes, puede provocar problemas mayores como ruptura de la pareja, problemas familiares y económicos, pérdida del trabajo e, incluso en casos extremos, el suicidio.
¿Cómo solucionar el problema de la adicción a las compras?
La negación a admitir que se tiene un problema de adicción con las compras suele ser la primera traba para encontrar una solución satisfactoria. La aceptación del problema y deseo real de recibir ayuda; el apoyo incondicional de la familia y amigos; crear una estrategia terapéutica para tratar la frustración, el control del impulso y el deseo de comprar, son medidas imprescindibles para que se produzca una recuperación total y sin recaídas.
¿Cómo saber si se es un adicto a las compras?
Si tras una evaluación sincera de los propios hábitos de compras se observa que aparece una tendencia a usar la tarjeta de crédito más de lo debido o no le importa adquirir una deuda con tal de conseguir algo que se desea, puede que no se le pueda considerar un adicto pero, indiscutiblemente, está realizando compras de forma irresponsable. Ponga atención, porque puede que esté pisando una sutil línea roja.